DOS MOTORES OCASIONAN NUESTRA CONDUCTA HUMANA
La conducta moral depende exclusivamente de su libertad y conciencia, dos espacios propiamente racionales y humanos. Nuestra conducta moral se da exclusivamente desde las ideas racionalmente correctas. Ellas no dependen de agentes externo como “estar motivadas por el deseo de obedecer autoridad alguna, sea humana o divina”, sino que se llevan a cabo en virtud de la capacidad racional (segundo motor) por el solo hecho que somos seres puramente pensantes que hacemos ciencia desde la evidencia. Sin embargo, no toda acción moral depende de la razón, debería ser, pero en la práctica no es así, porque, como dijeron en su momento Hume y Locke, somos seres pasionales (primer motor) y conscientes, también. Esto significa que en la composición humana están dos grandes responsables del actuar: las pasiones, que son más carnales y materiales, y las razones o ideas, que son las espirituales. Pasiones hacen referencia a emociones, a esos movimientos que nos llevan al placer o al dolor y que son concomitantes con las circunstancias que vivimos y pensamos. Ejemplo: estoy en el bosque y en el camino se me cruza un animal que a mi parecer es peligroso, y por ese miedo, inmediatamente me pongo alerta que, si no pienso y calculo mis movimientos, puedo terminar mal. Resulta que al pensar un poco mejor la situación, había sido una tortuga, animal inofensivo. Vemos claramente en este ejemplo que, si nos dejamos llevar por las emociones o pasiones, sin mediar la razón, más de una vez, terminamos mal. Al calmarnos, y pensar la situación, entonces, dominamos la escena de manera consciente. Entonces, estos dos motores ocasionan que actuemos de manera humana. Los animales solo actúan con un solo motor (instintos).