La
crisis religiosa que crece imparablemente, sobre todo en los países más Industrializados, se está manifestando en la indiferencia y el abandono de las
prácticas religiosas. Quienes piensan de esta manera deberían repensar que la
realidad no se agota en lo presente o inmanente; sino que la realidad es
pasado, presente y futuro. Trascendencia. Es en la trascendencia que el
cristianismo ha basado su existencia. Por esto, cuando el Evangelio afirma a
Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo de Dios es el que nos lo ha dado a
conocer lo que en realidad se dice es que, si no aceptas la trascendencia, lo
que no aceptas es el Evangelio. Es decir, lo que no aceptas es el cristianismo.
La enseñanza de Jesús a sus apóstoles fue tajante y clara en este sentido,
según la repuesta que el mismo Jesús le dio a Felipe: quien me ve, ve al Padre.
¿Qué estaba viendo Felipe? Un hombre condenado a muerte. Solo ve el presente
(cruz, miedo…) le falta ver el futuro (resurrección, esperanza…).
Toda persona tiene fe, la forma de manifestarlo es la que está en crisis; por la falta de coherencia y libertad, y el abuso de la ciencia sin conciencia, la fe pasa por alto.
