viernes, 17 de enero de 2025

INTELIGENCIA Y REALIDAD ESTÁN EN UNO MISMO

INTELIGENCIA Y REALIDAD ESTÁN EN UNO MISMO

Ante la necesidad de decidir moralmente, resulta necesario educar la conciencia. Una educación que debe empezar en la niñez y no interrumpirse, pues ha de aplicar los principios morales a la multiplicidad de situaciones de la vida. Una educación protagonizada por la familia, la escuela, las leyes justas y líderes culturales, políticos, sociales que den la talla. Una educación que lleva consigo el equilibrio personal y que supone respetar tres reglas de oro:


Hacer el bien sin mirar a quien.

No hacer a nadie lo que no queremos que nos hagan a nosotros.

No hacer el mal para obtener un bien.


La educación de la conciencia es incompatible con el relativismo moral, con la concepción subjetivista del bien. Dicho de otra manera: educar la conciencia es enseñarla a respetar la realidad, a no manipular lo que es objetivo. La inteligencia es la capacidad de conocer la realidad y conocerse a uno mismo. Y educar la inteligencia es entrenarla para reconocer las cosas como objetivamente son, no como subjetivamente pueden parecer o nos conviene que sean.